
En el Centro Democrático avanza la discusión sobre cómo escoger a su candidato presidencial para 2026 y, de cara a diciembre, se plantean varios cambios en las reglas internas. La idea central es que el proceso sea más ágil, transparente y que evite fracturas dentro del uribismo, que sigue siendo una de las fuerzas políticas más influyentes del país.
Entre las propuestas más sonadas está la realización de una encuesta internacional, que serviría como mecanismo principal para definir quién será el aspirante único del partido. Aunque aún no se han precisado los detalles de esta medición —qué tipo de encuesta, qué metodología y bajo qué supervisión—, la intención es que tenga un alcance amplio y con rigor técnico para garantizar legitimidad.
Otra decisión clave es que no habrá más precandidatos nuevos. El partido busca reducir la dispersión de nombres y consolidar la contienda únicamente con quienes ya han recorrido el país y mostrado interés desde hace meses. En este punto, se estima que solo cuatro precandidatos continúen en competencia.
Las fechas también se mueven: el proceso de selección se definirá entre diciembre de 2025 y enero de 2026, aunque aún falta que la dirección del partido fije el día exacto.
Álvaro Uribe, líder natural del Centro Democrático, ha insistido en que sean los mismos precandidatos quienes acuerden las reglas del juego, sin la mediación de terceros, para evitar choques internos. Este planteamiento ha sido acogido con reservas: algunos sectores creen que un proceso demasiado cerrado puede generar divisiones, mientras que otros lo consideran necesario para mostrar unidad.
En resumen, el partido entra en una etapa de reconfiguración política tras la pérdida de figuras clave y la presión por mantener vigencia electoral. Los cambios en la manera de escoger al candidato único muestran que el uribismo busca adaptarse a un escenario político cada vez más fragmentado y competitivo.