Everglades, Florida – 1 de julio de 2025 – En una inusual muestra de unidad, el expresidente Donald Trump y el gobernador de Florida, Ron DeSantis, recorrieron hoy un controvertido centro de detención de inmigrantes en lo profundo de los Everglades, una visita que selló públicamente su reconciliación tras una contenciosa batalla por la nominación presidencial republicana.
La instalación, apodada “Alcatraz del Caimán” por funcionarios estatales, está estratégicamente ubicada en una remota pista de aterrizaje y rodeada por un inhóspito pantano repleto de mosquitos, pitones y, por supuesto, caimanes. Tanto Trump como DeSantis destacaron la “seguridad natural” que ofrece el entorno, con Trump bromeando que los caimanes servirían como “guardaespaldas”.
DeSantis, quien compitió sin éxito contra Trump por la nominación republicana en 2024, había respaldado a su antiguo rival en enero de 2024 y ha jugado un papel activo en su campaña presidencial. Durante el recorrido, ambos líderes proyectaron un frente unido. Trump incluso calificó su relación con DeSantis con un “10” (o “9.9, puede que haya un par de heridas”, añadió con una sonrisa).
El “Alcatraz del Caimán” fue construido en un tiempo récord de ocho días, utilizando carpas de alta resistencia, remolques y edificios temporales. Los funcionarios de Florida esperan que la instalación albergue hasta 5,000 detenidos y funcione como un “centro integral” para el procesamiento y la deportación de inmigrantes no autorizados. El estado está cubriendo los costos iniciales, estimados en $450 millones al año, con la expectativa de ser reembolsado por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).
La construcción de la instalación ha generado fuertes críticas de grupos ambientalistas y defensores de los inmigrantes, quienes la han calificado de inhumana y una maniobra política. Han expresado su preocupación por el impacto en el delicado ecosistema de los Everglades y el mensaje que envía a los inmigrantes. Sin embargo, tanto Trump como DeSantis defendieron el proyecto, afirmando que es una forma efectiva de facilitar las deportaciones y disuadir la inmigración ilegal. DeSantis también mencionó planes para una instalación similar en el noreste de Florida.