Tregua en la Guerra Comercial: EE. UU. y China “Bajan el Tono” en un Acuerdo Clave.

Compartir

Los presidentes Donald Trump (Estados Unidos) y Xi Jinping (China) lograron un acuerdo en Corea del Sur para desescalar la tensión de su disputa comercial, un conflicto que ha generado incertidumbre global durante meses. El pacto, calificado como una “tregua” por los analistas, busca restaurar la estabilidad en los mercados y cadenas de suministro afectadas.

​Compromisos y Concesiones Mutuas

​Tras el primer encuentro cara a cara en seis años entre los líderes, se anunciaron las siguientes medidas:

  • Aranceles Reducidos: Washington aceptó recortar algunos aranceles impuestos a productos chinos.
  • Tierras Raras Garantizadas: Pekín se comprometió a mantener el flujo de suministro de las tierras raras, minerales críticos esenciales para la tecnología, la electrónica y el sector de defensa estadounidense.
  • Compras Agrícolas: El presidente Trump declaró que China se comprometía a realizar compras inmediatas y “enormes cantidades” de soya y otros productos agrícolas de Estados Unidos.
  • Control del Fentanilo: Xi Jinping prometió trabajar para detener el flujo del opioide fentanilo hacia EE. UU., un gesto que Trump correspondió con la rebaja de un arancel del 20% al 10%.

​Análisis: ¿Una Desescalada o Solución Definitiva?

​Expertos, como el investigador Miguel Otero Iglesias, coinciden en que el acuerdo es principalmente una desescalada forzada por la interdependencia y los “puntos de estrangulamiento” mutuos.

​”Creo que ha sido la certificación de una desescalada del conflicto. [Ambos] han intentado mostrar que necesitan tener una buena relación,” explicó Otero Iglesias en un análisis.

​Ambos países demostraron sus fortalezas: Estados Unidos con su control sobre los microchips y China con su cuasi monopolio en el refinado de las tierras raras. El pacto, sin embargo, no elimina la rivalidad estructural. La estabilidad de esta tregua dependerá del cumplimiento de los compromisos adquiridos y de la volátil política, especialmente considerando la imprevisibilidad del liderazgo estadounidense.

​En conclusión, si bien los mercados reciben con optimismo esta pausa en las hostilidades, la tensión subyacente entre las dos superpotencias económicas se mantiene, dejando el futuro de la relación