
Un operativo conjunto de 14 agencias federales y locales irrumpió en la madrugada del sábado 16 de noviembre en un club nocturno clandestino ubicado en un lote de food trucks cerca de San Pedro Avenue y Basse Road, dejando como saldo más de 150 personas detenidas. Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), entre los arrestados figuran 27 presuntos integrantes de la organización criminal venezolana Tren de Aragua (TdA), calificada por la administración Trump como “organización terrorista extranjera”. Los agentes confiscaron tres armas de fuego, cocaína y 35.000 dólares en efectivo.
La redada, primera acción pública del recién creado Homeland Security Task Force-South Texas, fue presentada por el DHS como un golpe directo al crimen transfronterizo. Dos sospechosos quedaron bajo investigación formal del Servicio de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) por presunto tráfico de personas y lavado de dinero, mientras que otro enfrenta cargos federales por narcotráfico. “Esta operación demuestra que estamos sacando de las calles a los peores de los peores”, declaró la subsecretaria del DHS, Tricia McLaughlin, subrayando el compromiso del gobierno con “detener el flujo de pandillas y drogas hacia los barrios estadounidenses”.
Sin embargo, la acción también generó protestas inmediatas. Organizaciones como el Partido por el Socialismo y Liberación (PSL) denunciaron la detención de familias enteras, incluyendo menores y un bebé, y acusaron a los agentes de destruir cámaras de vigilancia para evitar registro de los hechos. Vecinos y activistas exigieron mayor transparencia sobre la identidad de los detenidos y las condiciones de los arrestos, mientras el caso ya se perfila como un nuevo capítulo en el debate nacional sobre migración, seguridad pública y uso de la fuerza federal.