El presidente ruso, Vladímir Putin, calificó como un “error” celebrar una reunión con su homólogo estadounidense, Donald Trump, sin tener garantías de alcanzar el “resultado esperado”, tras el aplazamiento de la cumbre que ambos líderes planeaban realizar en Budapest.
Putin explicó que un encuentro de ese nivel “debe prepararse con precisión” y que no tiene sentido mantener conversaciones “solo por el gesto político”, especialmente cuando las posiciones de ambas partes aún se mantienen alejadas. El mandatario ruso subrayó que Moscú no cederá ante presiones externas ni condicionará su participación a las exigencias de Washington.
El Kremlin, por su parte, sostuvo que la suspensión del encuentro no significa una ruptura del diálogo, sino un paso necesario para evitar “una pérdida de tiempo”. Según el portavoz Dmitri Peskov, los contactos diplomáticos continúan y la reunión podría retomarse “cuando existan las condiciones adecuadas”.
Del lado estadounidense, Trump declaró que tampoco desea una “reunión desperdiciada”, haciendo referencia a la falta de avances en torno a una propuesta de alto el fuego en Ucrania. La cumbre de Budapest había sido vista como un intento de reactivar los canales de comunicación entre Moscú y Washington, pero la falta de consenso sobre el conflicto ucraniano y las recientes sanciones impuestas por EE. UU. llevaron a su postergación.
Con este nuevo traspié, las expectativas de una distensión inmediata entre ambos gobiernos se reducen, y los analistas advierten que cualquier futura reunión requerirá un marco claro de negociación para evitar otro fracaso diplomático.