
Portugal vivió este jueves una jornada de luto nacional luego del trágico descarrilamiento de un funicular que dejó un saldo de 16 personas fallecidas, cinco heridas de gravedad y otras 23 con lesiones de diversa consideración.
El accidente, uno de los más graves de los últimos años en el país, ha conmocionado a la población y encendido las alarmas sobre la seguridad en este tipo de sistemas de transporte. Las autoridades han iniciado las investigaciones para esclarecer las causas del siniestro y determinar posibles responsabilidades.
Durante la jornada, las banderas ondearon a media asta en instituciones públicas, mientras que se multiplicaron los mensajes de solidaridad hacia las familias de las víctimas. El Gobierno portugués reiteró su compromiso de apoyar a los afectados y reforzar las medidas de seguridad en los servicios de transporte público.
La tragedia ha generado un profundo impacto social y político en Portugal, donde la memoria de las víctimas fue honrada en distintos actos de recogimiento a lo largo del día.