El presidente Gustavo Petro reveló que los puertos de Colombia, especialmente el de Barranquilla, estarían bajo el control de redes de narcotráfico y contrabando. Durante su intervención en el Congreso Nacional de Municipios en Cartagena, el mandatario señaló que estas mafias han desarrollado una logística compleja para mover drogas y mercancías ilegales, lo que ha derivado en un aumento de homicidios y corrupción en la región. Además, criticó el fracaso de la DIAN, la Policía y la Superintendencia de Transporte en garantizar la seguridad portuaria.
El énfasis en Barranquilla no es casual: la ciudad se ha convertido en un corredor clave para el tráfico de cocaína y armas, con un visible incremento de violencia en los últimos meses. Petro incluso insinuó posibles vínculos entre estas actividades criminales y fallas en la administración local, en lo que muchos interpretaron como una indirecta al exalcalde Alex Char. La comparación con el puerto de Buenaventura, históricamente afectado por la corrupción, refuerza la gravedad de la denuncia.
Ante este panorama, el presidente exigió una reforma urgente en el modelo de seguridad portuaria, aunque no detalló medidas concretas. Mientras tanto, empresarios y autoridades locales exigen acciones inmediatas para evitar que los puertos sigan siendo “territorio de criminales”. La situación pone en evidencia los desafíos que enfrenta el gobierno para recuperar el control de estas estratégicas zonas económicas.