El presidente de Colombia, Gustavo Petro, confirmó que no participará en la próxima Cumbre de las Américas, que se celebrará en República Dominicana, en rechazo a la decisión del país anfitrión de excluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua del evento.
El mandatario justificó su ausencia afirmando que “el diálogo no comienza con exclusiones” y que América debe avanzar hacia una integración continental basada en el respeto y la igualdad entre naciones, sin vetos políticos.
Petro explicó que había propuesto la realización de una reunión entre Estados Unidos y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con el fin de debatir una mayor cooperación económica y energética en la región, pero, según él, no recibió respuesta por parte del gobierno estadounidense.
Además, el jefe de Estado relacionó su decisión con lo que calificó como una “agresión en el Caribe”, en referencia al reciente incidente en el que fuerzas estadounidenses habrían atacado una embarcación cerca de las costas venezolanas, en la que, según dijo, había ciudadanos colombianos.
La postura de Petro se suma a la de la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, quien también anunció que no asistirá a la cumbre por considerar que las exclusiones contradicen el espíritu de unidad regional.
Analistas internacionales han interpretado la decisión del mandatario colombiano como un gesto de respaldo político a los gobiernos de La Habana, Caracas y Managua, frecuentemente señalados por violaciones a los derechos humanos y restricciones a la oposición. Sin embargo, desde el Palacio de Nariño, se insiste en que la decisión responde a una posición de coherencia diplomática frente a la necesidad de construir un continente sin exclusiones.