El Gobierno de Perú anunció este lunes la ruptura inmediata de relaciones diplomáticas con México, en respuesta al asilo político concedido a la ex primera ministra Betssy Chávez, quien se encuentra refugiada en la residencia de la embajada mexicana en Lima desde hace varios días.
El canciller peruano, Hugo de Zela, calificó la decisión mexicana como un “acto inamistoso” y una “injerencia inaceptable” en los asuntos internos del país. “México ha cruzado una línea roja al otorgar asilo a una persona procesada por delitos graves contra el orden constitucional”, declaró De Zela en conferencia de prensa desde Palacio de Torre Tagle.
Betssy Chávez, de 35 años, es investigada como presunta coautora del intento de golpe de Estado perpetrado por el expresidente Pedro Castillo el 7 de diciembre de 2022. Aquel día, Castillo anunció la disolución del Congreso y la instauración de un gobierno de excepción, acción que fue rechazada por el Parlamento, las Fuerzas Armadas y la comunidad internacional, desencadenando su destitución y detención.
Chávez, quien fue la última jefa del gabinete ministerial de Castillo, enfrenta cargos por rebelión y conspiración. Su paradero era desconocido desde hace más de una semana, tras incumplir varias citaciones judiciales. Su abogado confirmó no tener información sobre su ubicación ni sobre el proceso de asilo.
México defiende el asilo bajo la Convención de Caracas
Desde Ciudad de México, la presidenta Claudia Sheinbaum respaldó la decisión de su gobierno. “El asilo es un derecho consagrado en el derecho internacional y en la tradición humanitaria de México. No vamos a permitir que se persiga a quienes defienden la democracia”, afirmó. La Cancillería mexicana emitió un comunicado rechazando la ruptura como “desproporcionada y contraria al espíritu de hermandad latinoamericana”.
El asilo a Chávez se suma al otorgado en 2022 a la familia de Pedro Castillo, incluyendo a su esposa Lilia Paredes, también investigada por presunto lavado de activos. Desde entonces, las relaciones entre ambos países han estado marcadas por la tensión, con Perú retirando a su embajador en dos ocasiones y México manteniendo una postura crítica hacia el gobierno de Dina Boluarte, a quien ha calificado como “presidenta espuria”.
Servicios consulares seguirán operativos
A pesar de la ruptura diplomática, el canciller De Zela aseguró que los servicios consulares se mantendrán activos en ambos países para no afectar a los ciudadanos. Se estima que unos 20.000 peruanos residen en México y cerca de 5.000 mexicanos en Perú. El comercio bilateral, que supera los 3.000 millones de dólares anuales, no se verá interrumpido.
La encargada de negocios de la embajada mexicana en Lima, Karla Ornelas, deberá abandonar el país en los próximos días. Perú, por su parte, ha ordenado el retiro de su representación diplomática en México.
Reacciones divididas en la región
El anuncio ha generado reacciones encontradas. Gobiernos como el de Chile y Colombia han llamado al diálogo, mientras que Estados Unidos y España han respaldado la posición peruana de respeto al Estado de derecho. En redes sociales, el tema domina las tendencias en ambos países, con hashtags como #RupturaPerúMéxico y #AsiloPolítico.
Organizaciones de derechos humanos han advertido sobre el riesgo de politización de la justicia en Perú, mientras que analistas señalan que esta crisis profundiza la fractura ideológica en América Latina entre gobiernos progresistas y conservadores.
El proceso de asilo de Betssy Chávez podría prolongarse varios meses. Perú ha anunciado que evaluará acciones ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) si México intenta sacar a la exministra del país sin su consentimiento.
Con esta decisión, Perú y México se suman a la lista de naciones latinoamericanas que han roto relaciones en los últimos años por disputas políticas, un escenario que no se veía desde las tensiones entre Venezuela y varios países de la región en la década pasada.