La Unión Europea y la ONU han expresado su satisfacción por el alto el fuego alcanzado este sábado entre Tailandia y Camboya, que entró en vigor al mediodía (hora local) tras semanas de enfrentamientos armados en la frontera. En un comunicado conjunto, la UE ha instado a ambas naciones a implementar los términos acordados “de buena fe” para garantizar la estabilidad y evitar una nueva escalada de violencia. Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, calificó el cese de hostilidades como un “paso positivo” hacia la paz, destacando el alivio que supone para las poblaciones civiles y la disposición de la organización a apoyar los esfuerzos de mediación regional.
El acuerdo, suscrito por los ministros de Defensa de ambos países en el marco del Comité General de Fronteras, incluye medidas concretas como la prohibición de movimientos militares adicionales, el respeto al espacio aéreo, la no concentración de tropas en la zona de disputa y la supervisión por observadores de la ASEAN. Además, se contempla la liberación de 18 soldados camboyanos retenidos por Tailandia una vez transcurridas 72 horas sin violaciones. Hasta el momento, las primeras horas del alto el fuego se han desarrollado sin incidentes graves reportados, lo que representa un avance significativo tras el colapso del acuerdo anterior alcanzado en julio de 2025.
El conflicto, que se reavivó a principios de diciembre, ha dejado un saldo de aproximadamente 100 muertos —entre civiles y militares— y ha desplazado a entre 700.000 y un millón de personas en ambos lados de la frontera. Las tensiones tienen su origen en disputas históricas por territorios adyacentes al templo de Preah Vihear, cuya soberanía fue reconocida a Camboya por la Corte Internacional de Justicia en 1962. La mediación de la ASEAN, junto con la presión internacional, ha sido clave para lograr este frágil entendimiento, aunque la comunidad internacional permanece atenta ante el riesgo de nuevos brotes de violencia.