
Aviones y tanques israelíes lanzaron intensos ataques sobre distintas zonas de la Franja de Gaza durante la noche y la madrugada, dejando un panorama de destrucción y desesperación entre la población civil. Según testigos, varios edificios residenciales fueron alcanzados, provocando el desplazamiento de numerosas familias que buscan refugio en medio de la devastación.
Las fuerzas israelíes justificaron los bombardeos como parte de sus operaciones contra posiciones de grupos armados palestinos, aunque organizaciones humanitarias advierten que la mayoría de las víctimas continúan siendo civiles. Los hospitales, ya colapsados por la falta de suministros, enfrentan enormes dificultades para atender a los heridos.
En paralelo, aumenta la expectativa por el plan propuesto por Estados Unidos para poner fin a la guerra, que busca establecer un alto al fuego y abrir corredores humanitarios para el ingreso de ayuda internacional. Sin embargo, las negociaciones avanzan lentamente, mientras la población palestina vive una de las peores crisis humanitarias en años.
La comunidad internacional ha reiterado su llamado a la contención y al respeto del derecho internacional, pero los bombardeos continúan, dejando a miles de familias atrapadas entre la esperanza de la paz y la realidad de un conflicto que no cesa.