México: la Generación Z estremece el Zócalo y divide al país.

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Ciudad de México, 17 de noviembre de 2025 – Lo que comenzó como una marcha juvenil contra la violencia y la corrupción terminó el sábado en los enfrentamientos más graves que ha vivido el Centro Histórico desde la llegada de la Cuarta Transformación. Miles de jóvenes –muchos con banderas de anime, máscaras de Guy Fawkes y playeras negras– intentaron llegar al Palacio Nacional al grito de “¡Narcoestado!” y “¡Revocación ya!”. Horas después, el Zócalo quedó cubierto de gases lacrimógenos, vallas metálicas derribadas y más de 120 heridos.

La protesta, convocada en redes sociales bajo el nombre “Generación Z México”, reunió a unas 25 mil personas según estimaciones oficiales y hasta 80 mil según los organizadores. Partió del Ángel de la Independencia con pancartas que exigían justicia por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y el fin de la impunidad. Durante el trayecto predominó el ambiente festivo: tambores, cánticos y hasta cosplays de Luffy de One Piece. Pero al llegar al primer cuadro de la capital, un grupo de encapuchados –conocido como “bloque negro”– rompió el cerco policial, lanzó martillos, piedras y cohetones, e intentó trepar las vallas que protegen la residencia presidencial.

La respuesta policial fue inmediata. Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de la Guardia Nacional emplearon gas pimienta y lacrimógeno para replegar a los manifestantes. Los choques se prolongaron casi tres horas. “¡No somos vándalos, somos la generación que ya no aguanta!”, gritaba una joven mientras corría entre las nubes de gas.

El saldo: 104 policías y 23 civiles lesionados, 40 personas detenidas (20 de ellas por delitos graves) y daños materiales aún no cuantificados en el patrimonio histórico.

El gobierno federal reaccionó con dureza. La presidenta Claudia Sheinbaum, en su mañanera de este lunes, afirmó que “la mayoría de los violentos no eran jóvenes de la Generación Z, sino personas adultas que ya hemos visto en otras marchas opositoras”. La mandataria señaló directamente al empresario Ricardo Salinas Pliego y al expresidente Vicente Fox como posibles promotores y advirtió que se investigará si hubo pago a los grupos violentos. “En México no se reprime, pero tampoco se permite la provocación”, sentenció.

Por su parte, los organizadores del colectivo Generación Z México se deslindaron de los disturbios y anunciaron una nueva movilización para el próximo 20 de noviembre, coincidiendo con el aniversario de la Revolución Mexicana. “La violencia la generaron infiltrados; nosotros queremos diálogo con la presidenta”, declararon en un comunicado difundido en TikTok y X.

En redes sociales el país está partido en dos. Un sector celebra a los jóvenes como “el despertar de una generación harta del narco y la corrupción”. Otro los acusa de ser “peones de la derecha golpista” financiada desde el extranjero. Los videos de adolescentes formando cadenas humanas para detener a los encapuchados se hicieron virales, al igual que las imágenes de policías golpeados y monumentos vandalizados.

Mientras la Fiscalía capitalina analiza más de 300 videos para identificar a los responsables de los actos violentos, el ambiente político se enrarece. El 20 de noviembre podría convertirse en la próxima prueba de fuego para un gobierno que insiste en que “los jóvenes están con la Transformación” y una generación que, por primera vez en décadas, salió a la calle sin el respaldo de ningún partido tradicional.

Por ahora, el Zócalo ya fue limpiado. Pero la grieta que se abrió el 15 de noviembre entre el México oficial y el México de los jóvenes enfurecidos parece más ancha que nunca.