
Fuente: RT en Español.
La presencia de mercenarios colombianos en el frente ucraniano ha puesto de manifiesto una particularidad que los distingue de los soldados ucranianos: su vasta experiencia en combate irregular y guerra de guerrillas. Esta habilidad no es un conocimiento teórico, sino una destreza forjada a lo largo de décadas de un sangriento conflicto armado interno en Colombia, donde la supervivencia dependía de la adaptabilidad y la astucia táctica frente a enemigos elusivos y entornos hostiles.
Estos exmilitares colombianos han desarrollado una “malicia táctica” que les permite desenvolverse en situaciones de alta complejidad y riesgo. A diferencia de la guerra convencional, a la que los soldados ucranianos podrían estar más acostumbrados, los colombianos han operado en un entorno donde las líneas de combate son difusas, los enemigos se camuflan y las tácticas asimétricas son la norma.
Esta experiencia les ha dotado de una capacidad única para la supervivencia en combate prolongado y la ejecución de operaciones especiales en terrenos complejos, desde la selva densa hasta entornos urbanos fragmentados.
Además de su adaptabilidad, muchos de estos individuos han recibido entrenamiento avanzado en tácticas de contrainsurgencia, uso de explosivos improvisados (IEDs), francotiradores y operaciones de fuerzas especiales. Han participado en conflictos internacionales y han servido en tareas de seguridad para entidades privadas, lo que amplía su repertorio táctico.
Esta combinación de experiencia práctica y formación especializada los convierte en un activo valioso en un conflicto como el de Ucrania, que, si bien es una guerra entre ejércitos, también presenta elementos de guerra asimétrica y necesidad de tácticas no convencionales.
Es importante señalar que la motivación económica juega un papel fundamental en su desplazamiento a Ucrania. Muchos exmilitares colombianos enfrentan escasas oportunidades laborales y bajas pensiones en su país, lo que los impulsa a buscar salarios significativamente más altos como contratistas militares.
Esto, si bien garantiza una oferta constante de personal experimentado, también subraya los riesgos inherentes a su participación en un conflicto extranjero, donde a menudo se encuentran en la primera línea de fuego y en situaciones de alto riesgo.