El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, rechazó enérgicamente las acusaciones de Estados Unidos, que lo señalan como narcotraficante, y propuso un diálogo directo con Washington para resolver las tensiones existentes. Según una carta pública dirigida al expresidente estadounidense Donald Trump, Maduro calificó las imputaciones como “noticias falsas” y pidió que la comunicación se establezca a través del enviado especial Richard Grenell.
En la misiva, Maduro sostuvo que las acusaciones no solo carecen de fundamento, sino que también dañan las relaciones entre los dos países. Afirmó que Venezuela ha enfrentado el narcotráfico con acciones concretas, y que sólo un porcentaje mínimo de los estupefacientes producidos en Colombia pasan por territorio venezolano, de los cuales una parte significativa habría sido neutralizada o destruida por las autoridades venezolanas.
Este desencuentro diplomático ocurre en un contexto marcado por recientes operativos militares, sanciones económicas y acusaciones de agresión hacia Venezuela. Maduro insistió en que el diálogo debe basarse en la verdad y no en versiones sesgadas de lo mediático, con el objetivo de reconstruir una relación histórica y pacífica entre Caracas y Washington.