Los 11 delitos que rodean a los cobradiarios y su escabrosa ‘labor’

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El fenómeno de los cobradiarios —personas o estructuras dedicadas al préstamo de dinero a intereses desmedidos, con cobros diarios o semanales— ha generado una larga lista de delitos asociados. Aunque en apariencia se presentan como una solución rápida para quienes necesitan efectivo, en la práctica funcionan como estructuras criminales organizadas que afectan a comerciantes, trabajadores informales y familias enteras.

Entre los 11 delitos más comunes que rodean a esta práctica están:

  1. Usura: cobro de intereses que superan ampliamente lo permitido por la ley.
  2. Extorsión: amenazas para obligar al deudor a pagar, incluso más de lo pactado.
  3. Amenazas: intimidación constante contra el deudor y su familia.
  4. Lesiones personales: agresiones físicas como mecanismo de presión.
  5. Homicidios: en casos extremos, el no pago desemboca en asesinatos ejemplarizantes.
  6. Porte ilegal de armas: los cobradiarios suelen ir armados para infundir miedo.
  7. Concierto para delinquir: organización estructurada de varias personas para delinquir.
  8. Lavado de activos: blanqueo de capital obtenido de la usura y la extorsión.
  9. Tráfico de estupefacientes: en algunos casos, los cobradiarios operan en alianza con microtráfico.
  10. Desplazamiento forzado: obligan a las víctimas a abandonar sus hogares o negocios.
  11. Secuestro simple o exprés: retención de deudores como forma de presión para el pago.

Una “economía criminal”

La modalidad del cobro diario se alimenta de la desesperación de quienes no tienen acceso a la banca formal. Sin embargo, este aparente alivio económico se convierte en una trampa de nunca acabar, ya que los intereses son tan altos que resulta casi imposible saldar la deuda.

De esta forma, los cobradiarios han pasado de ser una práctica informal a convertirse en estructuras mafiosas que controlan territorios, financian otras actividades ilegales y mantienen un régimen de terror contra la población más vulnerable.