Lo bueno y lo malo del nuevo Modelo de Salud decretado por Petro.

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El nuevo Modelo de Salud Preventivo, Predictivo y Resolutivo en Colombia, establecido por el Decreto 0858 de 2025, trae consigo aspectos positivos y desafíos. Aquí te presento un balance de “lo bueno y lo malo”.

Lo Bueno del Nuevo Modelo.

* Mayor enfoque en la prevención y promoción de la salud.

* Menos enfermedades graves: Al concentrarse en evitar que la gente se enferme o en detectar problemas a tiempo, se espera reducir la aparición de enfermedades crónicas o que estas se agraven. Esto significa menos sufrimiento para las personas y menos costos para el sistema.

* Equipos de salud cercanos a ti: La creación de Equipos Territoriales de Salud que visitan comunidades y familias garantiza que la atención no espere a que te sientas mal. Habrá un seguimiento más constante de tu salud.

* Acceso más fácil y oportuno a la atención primaria.

* Los CAPS como puerta de entrada: Los Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS) serán tu punto de referencia, facilitando que recibas atención básica de manera más rápida y cerca de casa, sin necesidad de ir a urgencias por problemas menores.

* Atención integral: Estos CAPS buscan conocerte a ti y a tu familia en tu contexto, lo que permite una atención más personalizada y completa.

* Fortalecimiento de la red pública de hospitales.

* Mayor inversión: El modelo busca inyectar recursos directamente en los hospitales públicos, lo que podría mejorar su infraestructura, equipos y la calidad de los servicios que ofrecen.

* Servicios garantizados: Se prioriza que la red pública, incluso si algunos servicios no son “rentables”, siga funcionando para asegurar la atención a todos.

* Mayor control y transparencia en el uso de los recursos:

* ADRES centraliza los fondos: Al concentrar el dinero de la salud en la ADRES, se busca una fiscalización más rigurosa para asegurar que los fondos se usen correctamente y lleguen a donde deben.

* Dignificación laboral para el personal de salud:

* El modelo propone mejorar las condiciones laborales y salariales del talento humano en salud, lo que es fundamental para la calidad y estabilidad del sistema.

Lo Malo (o los Desafíos) del Nuevo Modelo

* Incertidumbre en el rol de las EPS y su futuro:

* Cambio drástico: Aunque las EPS no desaparecen, su papel se redefine significativamente, pasando de ser las principales articuladoras a gestoras de aseguramiento bajo una lógica territorial. Esto genera incertidumbre sobre cómo se adaptarán y si podrán cumplir eficientemente su nuevo rol.

* Posibles transiciones complejas: La transformación del modelo de operación de las EPS y la integración con el sistema público podría generar desorden o confusiones durante la etapa de implementación.

* Grandes desafíos de implementación y coordinación:

* Montar una nueva estructura: Crear y poner en marcha miles de CAPS y organizar las RIITS en todo el país es una tarea gigantesca que requiere mucha planeación, recursos y tiempo.

* Coordinación entre actores: La efectiva colaboración entre entidades territoriales, EPS, IPS públicas y privadas es clave y puede ser un reto importante, especialmente al inicio.

* Riesgos de politización y burocracia:

* Manejo de los CAPS: La gestión de los CAPS a nivel territorial podría estar expuesta a injerencias políticas, lo que afectaría la calidad y continuidad de los servicios.

* Procesos administrativos: La centralización de recursos y la nueva forma de fiscalización podrían, en el peor de los casos, generar cuellos de botella o más burocracia para el desembolso de fondos a las IPS.

* Adaptación de la infraestructura existente:

* Muchos hospitales e IPS deberán ajustar sus modelos de atención y, en algunos casos, su infraestructura para alinearse con los principios de atención primaria y las RIITS, lo que implica inversiones y tiempo.

* Resistencia al cambio:

* Cualquier reforma de esta magnitud genera resistencia por parte de los actores actuales del sistema que ven sus roles y procesos modificados. Superar esta resistencia es crucial para el éxito.

En resumen, el nuevo modelo propone un cambio necesario hacia un sistema más preventivo y equitativo. Sin embargo, su éxito dependerá en gran medida de una implementación cuidadosa, una coordinación efectiva entre todos los actores y la capacidad de superar los desafíos inherentes a una reforma de esta magnitud.