La Unión Europea aprueba su decimonoveno paquete de sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania.

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Los líderes de la Unión Europea, reunidos en el Consejo Europeo de Bruselas, han aprobado por unanimidad el decimonoveno paquete de sanciones contra Rusia en respuesta a la guerra en Ucrania. Este nuevo conjunto de medidas, centrado en los sectores energético y financiero, busca aumentar la presión sobre el Kremlin y debilitar su capacidad para financiar el conflicto.

El paquete incluye un veto progresivo a las importaciones de gas natural licuado (GNL) ruso, adelantado un año antes de lo previsto, con el objetivo de implementarse completamente en 2027. Además, se han sancionado 117 nuevos barcos pertenecientes a la llamada “flota fantasma” rusa, utilizada para evadir restricciones comerciales previas. Estas sanciones se suman a las recientes medidas adoptadas por Estados Unidos contra las principales petroleras rusas, Rosneft y Lukoil, en un esfuerzo coordinado para limitar los ingresos energéticos de Rusia.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, invitado a la cumbre, celebró la decisión de la UE y EE.UU., destacando que estas sanciones “golpean donde más duele al régimen de Putin”. Sin embargo, instó a los líderes europeos a mantener la presión para forzar al presidente ruso a aceptar un alto el fuego. “Cada sanción es un paso hacia la paz, pero necesitamos más para detener esta guerra”, afirmó Zelenski en una rueda de prensa tras la reunión.

Por su parte, el Gobierno ruso ha reaccionado con dureza. El Kremlin calificó las sanciones estadounidenses como “extremadamente contraproducentes”, argumentando que alejan cualquier posibilidad de un acuerdo pacífico en Ucrania. Sobre las medidas de la UE, un portavoz del Gobierno ruso afirmó que “no dañarán a Rusia, sino a los propios ciudadanos europeos, que enfrentarán mayores costos energéticos”. En un tono más beligerante, el expresidente Dmitri Medvédev, actual número dos del Consejo de Seguridad ruso, calificó al expresidente estadounidense Donald Trump de “charlatán” y cuestionó su supuesto rol de pacificador, acusándolo de alinearse con lo que llamó una “desquiciada Europa”.

Este nuevo paquete de sanciones refleja la determinación de la UE de mantener una postura firme contra Rusia, aunque los analistas advierten que el impacto económico podría ser un arma de doble filo, especialmente en un contexto de dependencia energética en algunos países europeos. Mientras tanto, la guerra en Ucrania continúa sin visos de una resolución inmediata, y la comunidad internacional sigue buscando formas de presionar a Moscú para que cese las hostilidades.