
Juan Pablo Montoya se refirió a las razones por las que Barranquilla no logró consolidar su aspiración de ingresar al calendario de la Fórmula 1 y explicó que la decisión no pasa únicamente por el interés local, sino por un contexto mucho más amplio que hoy condiciona a la categoría. Según el expiloto colombiano, la F1 atraviesa un momento de alta demanda global, con más ciudades compitiendo por un cupo que fechas disponibles, lo que obliga a priorizar mercados estratégicos, grandes inversiones y escenarios que garanticen retornos económicos inmediatos.
Montoya señaló que, aunque Barranquilla ha avanzado en infraestructura y tiene una ubicación atractiva, todavía enfrenta retos clave frente a otras sedes: la capacidad de inversión privada, el respaldo sostenido de grandes patrocinadores internacionales y la adecuación total de un circuito que cumpla con los estándares técnicos y logísticos más exigentes de la F1. A esto se suma la competencia directa con países que ofrecen contratos multimillonarios y respaldo estatal de largo plazo.
Finalmente, el expiloto dejó claro que el proyecto no está muerto, pero sí requiere una visión a largo plazo. Para Montoya, Barranquilla necesita consolidar primero eventos de menor escala del automovilismo internacional, fortalecer su ecosistema deportivo y demostrar que puede sostener un Gran Premio durante varios años. Solo así, concluyó, la ciudad podrá volver a tocar la puerta de la Fórmula 1 con opciones reales de entrar al calendario.