Israel bombardea Beirut y apunta al jefe militar de Hezbolá, el primer ataque directo a la capital en cinco meses.

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Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) llevaron a cabo este domingo un ataque aéreo selectivo en el corazón de Dahiyeh, el feudo de Hezbolá en los suburbios del sur de Beirut, con el objetivo de eliminar al jefe de Estado Mayor del grupo chií, considerado la segunda figura más importante de la organización tras el secretario general Hasan Nasralá.


El bombardeo, el primero sobre la capital libanesa desde principios de junio de 2025, fue autorizado personalmente por el primer ministro Benjamin Netanyahu, según informó su oficina. “Hemos golpeado a quien dirige el rearme y la reconstrucción de la amenaza de Hezbolá contra Israel”, declaró Netanyahu en un comunicado. Fuentes militares israelíes aseguran que el objetivo fue “neutralizado”, aunque hasta el cierre de esta edición Hezbolá no ha confirmado la muerte ni la identidad del alto cargo atacado.


El impacto, registrado poco después de las 18:00 hora local, provocó una gran columna de humo visible desde varios puntos de Beirut y daños considerables en un edificio residencial de varias plantas. La Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN) reportó “múltiples víctimas” y heridos graves que fueron trasladados a hospitales cercanos. Testigos presenciales describieron escenas de pánico mientras equipos de rescate buscaban entre los escombros.


El ataque rompe cinco meses de relativa contención en Beirut desde la entrada en vigor del alto el fuego del 27 de noviembre de 2024, que puso fin a catorce meses de guerra abierta. Aunque Israel ha mantenido bombardeos casi diarios en el sur de Líbano para impedir la reconstitución de arsenales de Hezbolá, había evitado hasta ahora golpear directamente la capital.


Desde el lado libanés, el primer ministro interino Nayib Mikati condenó la acción como “una violación flagrante de la soberanía libanesa y del acuerdo de cese de hostilidades”. Fuentes de seguridad indicaron que el gobierno convocó de urgencia al Consejo de Defensa para evaluar posibles respuestas.


En las últimas horas, las sirenas antiaéreas han vuelto a sonar en el norte de Israel tras el lanzamiento de varias ráfagas de cohetes desde el sur del Líbano, en lo que parece ser la primera réplica de Hezbolá. El Ejército israelí confirmó la activación de las baterías Cúpula de Hierro y reportó impactos en zonas despobladas.


La comunidad internacional sigue el desarrollo con preocupación. Estados Unidos, Francia y la ONU —garantes del alto el fuego— han instado a ambas partes a la contención para evitar un nuevo ciclo de escalada. “Cualquier acción que ponga en riesgo la tregua es inaceptable”, advirtió el coordinador especial de la ONU para Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert.


Mientras Beirut vuelve a escuchar el rugido de los aviones de combate, la frágil calma alcanzada hace un año pende nuevamente de un hilo. La muerte o no del jefe militar de Hezbolá podría determinar si este ataque selectivo queda como un episodio aislado o como el detonante de una nueva guerra.