¡Vaya situación la que armó Iván Cepeda con su denuncia! El precandidato presidencial del Pacto Histórico, en pleno arranque de la precampaña 2026, sale en video a advertir que le preparan una campaña sucia desde organismos de inteligencia del Estado para involucrarlo en escándalos de abuso de poder o tráfico de influencias. Según él, son calumnias de sus opositores, pero lo curioso es que apunta a estructuras controladas por el mismo gobierno de Gustavo Petro, de quien es aliado y heredero político.
La verdad, la reacción inmediata en redes y medios ha sido de incredulidad y sarcasmo: “¿Cómo van a ser los organismos de inteligencia del gobierno Petro los que le montan un complot a su propio candidato estrella?” Muchos lo ven como un clásico movimiento de victimización preventiva para blindarse ante cualquier filtración o escándalo que pueda salir. Y no es la primera vez: Cepeda tiene un historial largo de denunciar “montajes” en su contra (contra Uribe, contra Cadena, contra supuestos vínculos con narcotráfico o FARC), y en la mayoría de casos las investigaciones no prosperan o terminan archivadas.
Desde el lado opositor, lo pintan como un intento de desviar la atención de sus vulnerabilidades reales: su rol central en la paz total (que muchos ven como un fracaso), su cercanía histórica con las FARC (él mismo lo ha asumido públicamente como facilitador), y el hecho de que, en un país polarizado, su trayectoria lo hace un blanco fácil sin necesidad de “montajes”. Nadie necesita inventar nada cuando la polémica ya está en su propia biografía.
En resumen: la denuncia genera más ruido que claridad. Si realmente tiene pruebas “puntuales y creíbles”, que las ponga sobre la mesa y denuncie formalmente. De lo contrario, suena más a estrategia electoral que a denuncia seria. En Colombia, las campañas presidenciales siempre vienen con estos capítulos de “me quieren desprestigiar”, pero cuando el supuesto verdugo es tu propio gobierno… pues el guion se pone un poco raro. ¿Qué opinas tú?