
Valencia — Hace un año, la Comunidad Valenciana vivió una de las peores tragedias meteorológicas de su historia reciente. La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que afectó la región provocó lluvias torrenciales, inundaciones devastadoras y graves daños materiales, dejando un saldo de víctimas y cientos de damnificados.
Las provincias de Valencia, Alicante y Castellón fueron las más golpeadas. En cuestión de horas, las intensas precipitaciones desbordaron ríos como el Clariano y el Júcar, anegando viviendas, destruyendo carreteras y obligando a la evacuación de numerosas familias. Las imágenes de calles convertidas en auténticos ríos y vehículos arrastrados por la corriente recorrieron el país, generando conmoción y solidaridad.
Un año después, las heridas siguen abiertas. Muchos vecinos aún recuerdan el miedo y la pérdida, mientras las autoridades continúan trabajando en obras de prevención y mejora de infraestructuras hidráulicas para evitar que una catástrofe similar vuelva a repetirse.
La tragedia de la DANA de 2024 marcó un antes y un después en la conciencia climática de la región, recordando la urgencia de adaptarse a fenómenos meteorológicos cada vez más extremos.