
Fuente: InfoBae
La discusión sobre el aumento del salario mínimo en Colombia desató una fuerte reacción de la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI) y otros gremios, que advierten riesgos para el empleo y la formalidad.
En años anteriores, los incrementos del salario mínimo se ubicaban apenas unos puntos por encima de la inflación, un margen que las empresas lograban absorber sin mayores traumatismos. Sin embargo, en los últimos años los ajustes han superado de forma sostenida el costo de vida, lo que ha elevado significativamente los costos de nómina.
El panorama económico actual agrava la preocupación. Con un crecimiento cercano al 1 %, sectores como la agricultura, el comercio y la construcción registran pérdidas de empleo, mientras aumenta el número de personas que recurren al rebusque o al trabajo por cuenta propia. Aunque la tasa de desempleo cayó a 8,6 %, la participación laboral también disminuyó: más de 422.000 colombianos dejaron de buscar empleo formal.
Para la ANDI, este escenario demuestra que un aumento desmedido del salario mínimo puede “cerrar puertas en lugar de abrirlas”. Bruce Mac Master, presidente del gremio, advirtió que “no podemos seguir tomando decisiones populistas que, en lugar de ayudar a los trabajadores, terminen empujándolos hacia la informalidad”.
El Gobierno, por su parte, defiende que los incrementos más altos son una medida de justicia social frente al encarecimiento de la vida, lo que augura un debate intenso entre técnicos, empresarios y sindicatos en las próximas semanas.