
En un golpe político inesperado, el pueblo ecuatoriano rechazó este domingo las cuatro preguntas del referéndum promovido por el presidente Daniel Noboa, incluida la controvertida propuesta de permitir la instalación de bases militares extranjeras, principalmente de Estados Unidos. Con el 97,8 % de las actas escrutadas, el “No” se impuso con claridad en todos los ítems, consolidándose como una de las derrotas más contund Rs para el gobierno en lo que va del siglo.
La pregunta que generó mayor rechazo fue la B: la posibilidad de eliminar el artículo 5 de la Constitución que prohíbe “la instalación de bases militares extranjeras o instalaciones extranjeras con propósitos militares”. El 60,9 % votó en contra, frente a un 39,1 % que apoyaba la iniciativa. En la costera provincia de Manabí, donde funcionó la base estadounidense de Manta hasta 2009, el “No” superó el 68 %.
Tampoco prosperó la convocatoria a una Asamblea Constituyente (pregunta A), rechazada por el 61,7 % de los votantes, ni la reducción drástica del número de asambleístas de 151 a 73 (53,4 % en contra) ni la eliminación del fondo partidario estatal (58,1 % “No”).
“El pueblo ha hablado y ha defendido la soberanía”, escribió en redes sociales el expresidente Rafael Correa, principal opositor de Noboa, mientras miles de ciudadanos celebraban en las calles de Quito y Guayaquil con banderas tricolores y consignas como “¡Fuera bases yanquis!”.
El propio Daniel Noboa reconoció la derrota en un mensaje breve publicado en X a las 22:17 del domingo: “Respetamos la decisión democrática del pueblo ecuatoriano. Seguiremos trabajando por la seguridad del país con o sin referéndum”. Horas antes, el mandatario había asegurado que el “Sí” era “la única forma de salvar a Ecuador”.
El referéndum se realizó en medio de una ola de violencia sin precedentes: 2025 ya acumula más de 6.800 homicidios, según cifras oficiales, y el país se mantiene como uno de los principales corredores de cocaína hacia Estados Unidos y Europa. Noboa había presentado la consulta como una herramienta para “modernizar” el Estado y fortalecer la cooperación con Washington, que incluyó visitas recientes de altos funcionarios estadounidenses interesados en regresar a Manta y Salinas.
Sin embargo, la campaña del “No” —impulsada por el movimiento Revolución Ciudadana, la Conaie, sindicatos y amplios sectores de la sociedad civil— logró capitalizar el recuerdo de la base de Manta (1999-2009) y el rechazo histórico a cualquier forma de injerencia extranjera.
Analistas coinciden en que el resultado debilita severamente a Noboa a menos de un año de las próximas elecciones presidenciales de 2029 y obliga a replantear su estrategia de seguridad, que hasta ahora se basaba en estados de excepción consecutivos y una fuerte militarización.
Por ahora, la Constitución de Montecristi sigue intacta y Ecuador mantiene su tradición de ser uno de los pocos países de América Latina que prohíbe explícitamente bases militares extranjeras en su territorio. El mensaje de las urnas fue claro: en tiempos de crisis, la soberanía sigue siendo una línea roja.