
Fuente: Noticias Caracol
El departamento de Norte de Santander está de luto tras una jornada de terror que cobró la vida de dos uniformados de la Policía Nacional en ataques con francotiradores. Los incidentes, que se presume fueron coordinados, ocurrieron en la vía entre Cúcuta y El Zulia, y en el conflictivo municipio de El Tarra, sumiendo a la región en una profunda consternación.
Lo que sabemos de los ataques
1. Ataque en la vía Cúcuta-El Zulia:
El primer golpe ocurrió cuando el Patrullero Juan David Rojas y el Intendente Carlos Andrés Vélez realizaban labores de patrullaje en la carretera. De repente, fueron emboscados por francotiradores que se ocultaban en la vegetación. El Patrullero Rojas falleció en el acto, mientras que el Intendente Vélez resultó gravemente herido y su estado es reservado en un centro médico.
2. Ataque en El Tarra:
Casi al mismo tiempo, la tragedia se repitió en El Tarra, una zona con alta presencia de grupos armados ilegales en el Catatumbo. Allí, otro ataque de francotiradores acabó con la vida del subteniente Jefferson Andrés Ortiz Ocampo de 32 años y oriundo de Cali.
¿Quién está detrás de estos ataques?
Las autoridades están investigando si estos ataques fueron planeados y ejecutados por grupos armados ilegales que operan en la región. Se sospecha de la participación de organizaciones como el ELN, las disidencias de las FARC o el Clan del Golfo, que buscan generar zozobra y desestabilizar la seguridad en Norte de Santander.
Reacción de las autoridades
Tras conocerse los hechos, se desplegó de inmediato un fuerte operativo de seguridad en ambas zonas para rastrear a los responsables. Los altos mandos de la Policía Nacional y el Ejército han condenado enérgicamente estos actos, calificándolos como “bárbaros” y “cobardes”. Se espera que en las próximas horas se brinden más detalles sobre el avance de las investigaciones y las acciones que se tomarán para dar con los responsables.
Estos trágicos sucesos son un recordatorio de los peligros a los que se enfrentan a diario los miembros de la fuerza pública en zonas de conflicto. La comunidad de Norte de Santander exige justicia y que estos crímenes no queden impunes.