
Un grave ataque contra la Fuerza Pública se registró este jueves 21 de agosto en la zona rural entre los municipios de Amalfi y Anorí, en el nordeste de Antioquia, donde un helicóptero de la Policía Nacional fue derribado por un dron cargado con explosivos.
El ataque
De acuerdo con los primeros reportes, la aeronave apoyaba operaciones de erradicación manual de cultivos ilícitos cuando fue impactada en el rotor de cola por un artefacto lanzado desde un dron. La explosión provocó que el helicóptero perdiera el control y cayera a tierra.
Las autoridades atribuyen el ataque principalmente al Clan del Golfo, como retaliación por la reciente incautación de una tonelada y media de cocaína en la región de Urabá. No obstante, en la zona también operan disidencias de las Farc, por lo que la investigación sigue abierta.
Víctimas
El saldo de víctimas aún no ha sido consolidado oficialmente. Versiones preliminares indican que al menos seis uniformados murieron y varios más resultaron heridos, quienes fueron trasladados de urgencia a hospitales de la región. La cifra podría variar en las próximas horas conforme se reciban reportes oficiales.
Reacción de las autoridades
Tras el ataque, la Fuerza Aérea desplegó aeronaves de apoyo, entre ellas un helicóptero de combate tipo Arpía, para asegurar la zona y evacuar al personal en tierra. El Ministerio de Defensa condenó el hecho y anunció el inicio de una investigación exhaustiva para establecer responsabilidades.
El presidente Gustavo Petro calificó el ataque como un “acto de terrorismo armado con tecnología” y aseguró que se reforzará la presencia del Estado en el nordeste antioqueño.
Escalada en el conflicto
El derribo de esta aeronave marca un hecho sin precedentes en la región, al evidenciar el uso de drones armados como herramienta ofensiva por parte de los grupos ilegales. Para las autoridades, se trata de una grave escalada en la confrontación con organizaciones vinculadas al narcotráfico, lo que plantea nuevos desafíos de seguridad en el país.