Alimentos enlatados Del Monte se declaró en quiebra.

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Del Monte Foods ha solicitado la protección por bancarrota bajo el Capítulo 11 en los Estados Unidos. La compañía anunció su decisión a principios de julio de 2025.

Esta medida se debe a una combinación de factores, incluyendo el cambio en las preferencias de los consumidores, que se están inclinando por opciones más saludables o más baratas en lugar de los productos enlatados tradicionales, así como desafíos financieros y una reestructuración de deuda.

Es importante destacar que Del Monte Foods es una entidad separada de Fresh Del Monte Produce, y la bancarrota no afecta a esta última, ni a algunas subsidiarias de Del Monte Foods fuera de EE. UU. Del Monte Foods ha asegurado financiamiento para continuar sus operaciones mientras busca un comprador para “la totalidad o la sustancial totalidad” de sus activos como parte del proceso de reorganización.

La bancarrota bajo el Capítulo 11, anunciada a principios de julio de 2025, se produce en un contexto de fuertes vientos en contra para Del Monte Foods. La compañía reportó una caída del 60% en su EBITDA a $133.2 millones de dólares en el año fiscal 2024, y pasó de una ganancia neta de $17 millones en 2023 a una pérdida neta de $127 millones en 2024. Estas cifras reflejan una intensa presión financiera y operativa.

Los factores detrás de esta situación son múltiples:

  • Cambio en las preferencias del consumidor: Existe una tendencia global hacia productos frescos, mínimamente procesados y opciones más saludables. Los productos enlatados, el core de Del Monte Foods, han visto disminuir su atractivo frente a estas nuevas demandas.
  • Aumento de los costos operativos: La inflación y los costos de producción y distribución han afectado la rentabilidad.
  • Pesada carga de deuda: La compañía ha estado lidiando con una estructura de deuda significativa que ha incrementado sus gastos por intereses, afectando su liquidez. De hecho, un préstamo en mayo de 2025 aumentó sus gastos por intereses en $4 millones anuales.
  • Competencia intensa: El mercado de alimentos es altamente competitivo, con la emergencia de marcas más pequeñas y especializadas, así como la presión de precios de las marcas blancas.

¿Qué Implica la Bancarrota para Del Monte Foods y su Impacto Global?

La solicitud de bancarrota bajo el Capítulo 11 no significa el cese de operaciones de Del Monte Foods. Al contrario, es un mecanismo legal en Estados Unidos que permite a la empresa reestructurar sus deudas y operaciones mientras continúa con su negocio. La empresa ha asegurado un financiamiento de $912.5 millones de dólares (incluyendo $165 millones en nuevos fondos) para garantizar sus operaciones diarias, incluyendo la importante temporada de envasado actual.

El objetivo principal de esta reestructuración es facilitar la venta de “la totalidad o la sustancial totalidad” de sus activos. Esto se busca como la forma más efectiva de “acelerar su cambio y crear un Del Monte Foods más fuerte y duradero”. La empresa ha enfatizado que sus subsidiarias fuera de EE. UU. no están incluidas en este proceso de Capítulo 11 y continúan operando normalmente. Esto es relevante para mercados como el colombiano, donde los consumidores pueden encontrar productos de Fresh Del Monte Produce (como frutas frescas) sin que se vean afectados directamente por esta bancarrota de Del Monte Foods.

Para el sector de alimentos enlatados, este evento es una clara señal de la necesidad de innovación y adaptación a un mercado que prioriza la frescura, la sostenibilidad y las opciones personalizadas. El futuro de Del Monte Foods, una marca con un legado tan profundo, dependerá de qué tan exitosa sea su reestructuración y la visión estratégica de sus futuros dueños.

La reciente declaración de bancarrota bajo el Capítulo 11 por parte de Del Monte Foods marca un punto de inflexión para una compañía con una historia rica y centenaria, cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XIX en California. La trayectoria de Del Monte es un reflejo de la evolución de la industria alimentaria, desde sus humildes comienzos hasta convertirse en un gigante global de los productos enlatados.

Los Inicios: Un Hotel de Lujo y un Café Premium

La historia de la marca “Del Monte” se entrelaza con el Hotel Del Monte en Monterey, California, un lujoso y reconocido establecimiento fundado en la década de 1880. Fue en 1886 cuando un productor de café de Oakland, buscando una asociación con la exclusividad y calidad del hotel, utilizó por primera vez la marca Del Monte para comercializar una mezcla de café premium. Este fue el punto de partida para que, en los años siguientes, diversos productores de alimentos comenzaran a adoptar la misma denominación, atraídos por la connotación de calidad que el nombre evocaba.

La Consolidación en la Industria del Enlatado y la Expansión Global

El verdadero hito para la marca Del Monte en la industria alimentaria llegó en 1892, cuando la firma expandió su negocio y eligió Del Monte como el nombre de su nueva línea de melocotones enlatados. Esta decisión fue crucial, sentando las bases para lo que se convertiría en su principal fortaleza: los productos enlatados. Para 1909, el icónico logo de Del Monte ya aparecía en las etiquetas de sus latas, consolidando su identidad visual. La primera fábrica significativa de Del Monte Foods se construyó en 1907 en San Francisco, Estados Unidos, y para 1909 ya era una de las fábricas de conservas de frutas y verduras más grandes del mundo. La capacidad de procesamiento y distribución que desarrolló Del Monte le permitió crecer rápidamente y establecerse como un líder en la industria de alimentos envasados.

Para el sector de alimentos enlatados, este evento es una clara señal de la necesidad de innovación y adaptación a un mercado que prioriza la frescura, la sostenibilidad y las opciones personalizadas. El futuro de Del Monte Foods, una marca con un legado tan profundo, dependerá de qué tan exitosa sea su reestructuración y la visión estratégica de sus futuros dueños.

En última instancia, la bancarrota de Del Monte Foods es un caso de estudio sobre la resiliencia y la adaptación en el mundo empresarial. Si bien es un momento difícil para la empresa y sus empleados, el proceso del Capítulo 11 está diseñado para permitir que un negocio se reestructure y, potencialmente, emerja más fuerte y competitivo bajo una nueva propiedad o con una estrategia renovada. Su futuro dependerá de encontrar un comprador adecuado y de su capacidad para reinventar su modelo de negocio en sintonía con las exigencias del consumidor del siglo XXI.