
Tanto en Gaza como en Israel se vivieron momentos de celebración tras el anuncio de un acuerdo para un alto el fuego que busca poner fin a semanas de enfrentamientos. Sin embargo, la alegría estuvo marcada por la cautela, ya que muchos residentes expresaron su temor de que el pacto no llegue a concretarse o que, como ha ocurrido en el pasado, se rompa en cuestión de días.
El anuncio fue recibido con manifestaciones espontáneas de júbilo en distintas zonas de Gaza, donde familias salieron a las calles para ondear banderas y expresar alivio por una posible pausa en los bombardeos. En Israel, varios ciudadanos también celebraron el posible fin de los ataques con cohetes y la expectativa de un respiro en la tensión regional.
No obstante, la situación aún dista de estar resuelta. En los próximos días se prevé un frenesí diplomático en Medio Oriente. Fuentes cercanas a la Casa Blanca confirmaron que el expresidente estadounidense Donald Trump planea viajar a Israel como parte de un esfuerzo de mediación y apoyo político al proceso.
Analistas advierten que hay muchos detalles espinosos que aún deben definirse, incluyendo la liberación de prisioneros, la apertura de corredores humanitarios y los mecanismos de verificación del cese al fuego. Estos puntos podrían requerir nuevas rondas de negociación entre las partes involucradas.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención el desarrollo del acuerdo. La Unión Europea y Naciones Unidas expresaron su respaldo a la tregua, aunque insistieron en la necesidad de una solución política de fondo que garantice estabilidad duradera para israelíes y palestinos.
Por ahora, tanto en Gaza como en Israel, el sentimiento predominante es una mezcla de esperanza y escepticismo: un deseo compartido de paz, acompañado del temor de que el frágil pacto vuelva a desmoronarse.