
Fuente: El Espectador.
Bogotá enfrenta un gran desafío: gestionar sus residuos. La imagen de sus calles con basura contrasta con su deseo de ser un destino turístico.
El problema es complejo. Hay poca coordinación en la recolección y la basura no se separa bien. Además, la gente se despreocupa una vez que los residuos salen de casa.
Pero hay esperanza. Iniciativas ciudadanas y privadas están surgiendo, mostrando un camino hacia una ciudad más limpia.Un gran ejemplo es “Residuos Crudos”. Este servicio recoge basura orgánica y la convierte en compost, un recurso útil para la tierra.
Esto no solo reduce la cantidad de basura en los rellenos, sino que también mejora la vida de los recicladores. Es una muestra de innovación y conciencia.Bogotá está aprendiendo que la clave es la colaboración. La ciudad avanza, buscando un futuro más sostenible.