Barranquilla inaugura la Luna del Río, la noria más grande de Colombia.

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Barranquilla marcó un nuevo hito en su transformación urbana con la apertura oficial de la Luna del Río, la noria más grande de Colombia y una de las más destacadas de Latinoamérica. Ubicada en el Gran Malecón, a orillas del río Magdalena, la estructura se convierte en un nuevo ícono turístico, cultural y económico de la ciudad.

Con 65 metros de altura, 44 cabinas climatizadas y capacidad para 264 personas por recorrido, la Luna del Río ofrece una experiencia panorámica de 360 grados que integra naturaleza, espacio público y desarrollo urbano. El recorrido tiene una duración aproximada de 15 a 20 minutos.

Durante el acto inaugural, el alcalde Alejandro Char destacó que esta obra va más allá de una atracción turística y se proyecta como un motor de desarrollo económico. Según estimaciones, el atractivo podría generar entre 150.000 y 200.000 visitantes al año, impulsando sectores como el turismo, la gastronomía, el comercio, el transporte y la hotelería en Barranquilla y su área metropolitana.

La noria operará de martes a domingo, de 10:00 a. m. a 10:00 p. m. Si el lunes es festivo, el cierre se trasladará al martes siguiente. Las tarifas de ingreso para los días 13 y 14 de diciembre serán de $15.000 por persona, y a partir del 15 de diciembre se aplicarán tarifas diferenciales para niños, estudiantes, adultos mayores y personas con discapacidad.

El proyecto está ubicado en un área aproximada de 20.000 metros cuadrados, donde se integrarán zonas verdes, espacio público, comercio y atracciones complementarias. Las obras asociadas al entorno representaron una inversión superior a los 7.000 millones de pesos.

La estructura, que pesa 240 toneladas, fue construida por Fabbri Park, empresa italiana líder mundial en atracciones mecánicas, la cual también capacitó a ingenieros locales para el desarrollo y operación del proyecto.

Con la Luna del Río, Barranquilla amplía su oferta turística y fortalece su posicionamiento como una ciudad de grandes experiencias urbanas en Latinoamérica, consolidando su reconexión con el río Magdalena y reforzando el Gran Malecón como espacio de encuentro y proyección internacional.