
El más reciente boletín socioeconómico de ProBarranquilla ofrece una radiografía del desempeño económico del departamento del Atlántico, donde conviven señales de dinamismo en el comercio exterior con retrocesos en la industria, el empleo y el consumo interno.
Comercio exterior y logística.
Los puertos de Barranquilla siguen siendo el gran motor de la economía regional. En los primeros cinco meses de 2024, el Atlántico exportó cerca de USD 889 millones, aunque con una caída cercana al 6 % frente al año anterior. La canasta exportadora mantiene un fuerte peso en coque y derivados de petróleo, junto a productos de aluminio y alimentos procesados. Las importaciones sumaron USD 1.286 millones, con un leve retroceso de −0,4 %. Un elemento clave son las zonas francas, que aportaron más del 20 % de las importaciones y el 24 % de las exportaciones nacionales de este régimen especial, consolidando al departamento como plataforma logística del Caribe.
Industria y comercio interno.
El sector manufacturero atraviesa una coyuntura difícil. Entre enero y junio de 2024 la producción real cayó 11,2 % y las ventas 10,8 %, cifras más negativas que el promedio nacional. Algunas ramas, como papel, imprentas y confecciones, lograron crecer, pero la tendencia general muestra una desaceleración fuerte. El comercio minorista también se resintió: las ventas cayeron 4,9 % y el empleo 2,1 %, aunque los alimentos y bebidas fueron la excepción con un leve repunte.
Turismo y visitantes extranjeros.
El arribo de turistas internacionales registró un descenso. Entre enero y julio llegaron 63.308 visitantes, 1,4 % menos que en 2023. La mayoría provino de Estados Unidos (41 %), seguido por Venezuela, México y Panamá. La caída refleja la necesidad de reforzar la promoción internacional y la conectividad aérea para sostener el turismo como renglón económico.
Mercado laboral.
En el frente del empleo, la situación es ambivalente. El área metropolitana de Barranquilla registró 883.000 personas ocupadas, un 3,4 % menos que el año anterior. Sin embargo, el desempleo bajó levemente porque también se redujo la población que buscaba trabajo. Sectores como comercio, transporte y entretenimiento aportaron nuevos puestos, aunque insuficientes para compensar las pérdidas en manufactura y construcción.
Inflación y costo de vida.
En julio de 2024 la inflación anual en Barranquilla alcanzó 7,2 %, por encima del promedio nacional. Aunque el precio de alimentos disminuyó, otros rubros presionaron el costo de vida: transporte (10,5 %), educación (10,6 %) y servicios públicos (9,9 %). Estas alzas golpean de manera directa a los hogares de ingresos medios y bajos.
Balance general.
El Atlántico enfrenta un escenario mixto: mantiene su fortaleza logística y portuaria, pero atraviesa dificultades en la industria y el consumo interno. El desafío inmediato es diversificar su base productiva, sostener la atracción de inversión extranjera —que ha crecido en energías renovables y logística— y avanzar en formación de talento humano. Sin ello, el crecimiento regional podría verse comprometido por los rezagos en el empleo y el encarecimiento del costo de vida.