
Un ataque con dron israelí en la localidad de Bint Jbeil, al sur del Líbano, dejó este domingo al menos cinco personas muertas, entre ellas cuatro ciudadanos estadounidenses: un padre y sus tres hijos menores de edad. La madre sobrevivió al ataque pero resultó herida, según informaron medios locales y agencias internacionales.
El gobierno libanés condenó el hecho y lo calificó como una “masacre contra civiles inocentes”. El presidente del Parlamento, Nabih Berri, exigió que Israel rinda cuentas por lo que describió como un crimen de guerra.
Por su parte, el ejército israelí reconoció que el ataque iba dirigido contra un presunto combatiente de Hezbollah, pero admitió que hubo víctimas civiles y aseguró que el caso está bajo revisión.
La noticia ha generado conmoción internacional, ya que se trata de ciudadanos estadounidenses alcanzados en un conflicto que en las últimas semanas ha escalado tanto en el sur de Líbano como en la Franja de Gaza, con decenas de víctimas reportadas.