Así cambió Trump el informe de derechos humanos para beneficiar a sus aliados.

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Fuente: Noticias Univision.

La administración de Donald Trump introdujo cambios notables en la forma en que Estados Unidos elabora sus informes anuales sobre derechos humanos. Estas modificaciones buscan alinear el documento con las prioridades de su política exterior, marcada por el lema “America First” y un fuerte énfasis en la soberanía nacional.

Una de las tendencias más claras fue la reducción del énfasis en la promoción global de los derechos humanos. La diplomacia de Trump priorizó los intereses económicos y de seguridad, relegando los derechos humanos a un segundo plano en la agenda exterior.

El informe también mostró un patrón de alabanza a los aliados de la administración y un endurecimiento de las críticas hacia los países considerados rivales. Por ejemplo, en un caso reciente (agosto de 2025), se omitieron críticas a El Salvador —un aliado clave de Trump— mientras se intensificaban los señalamientos contra Brasil y Sudáfrica.

Bajo la dirección del Secretario de Estado Marco Rubio, se instruyó que el informe se limitara a su extensión legal mínima. Se eliminaron referencias a temas antes comunes, como la corrupción o los delitos de género, para centrarse en supuestas restricciones a la libertad de expresión, tanto en naciones amigas como adversarias.

Estas modificaciones han generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Argumentan que el “doble rasero” y la selectividad en las críticas socavan la credibilidad de Estados Unidos como defensor global de los derechos humanos.

Finalmente, la administración Trump tendió a enmarcar los derechos humanos dentro de una narrativa de seguridad nacional y control migratorio. Esto se vio, por ejemplo, en la justificación del uso del ejército para la seguridad fronteriza, lo que levantó alarmas sobre posibles violaciones de derechos.

En esencia, la administración Trump redefinió el enfoque de EE. UU. en los derechos humanos a nivel mundial, optando por una política exterior más unilateral y utilizando la retórica de los derechos humanos de manera selectiva para servir a sus intereses estratégicos.